Desde el 2003, cada septiembre la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio en conjunto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se encargan de realizar campañas, eventos y conferencias en más de 70 países con la finalidad de poner el foco en la prevención del suicidio.
Aunque el 10 de septiembre es el día Mundial de la prevención del suicidio, todo el mes de septiembre es considerado el Mes de la Concientización sobre la Prevención del Suicidio.
La OMS define al suicidio como el acto deliberado de quitarse la vida, el cuál se considera el acto más grave de violencia que los sujetos pueden cometer contra sí mismos. Es considerado un problema de salud pública importante pero a menudo descuidado, rodeado de estigmas, mitos y tabúes. A lo que añade que cada año, más de 703 mil personas deciden terminar con su vida, lo que supone una muerte cada 40 segundos.
Se estima que por cada suicidio existen 20 intentos previos. Tan solo en México durante el año 2020, las tasas arrojaron que 6.2 de cada 100 mil habitantes atentaron contra su vida de manera exitosa, adicionalmente, este dato toma en consideración el hecho de que este acto se encuentra sub registrado en todo el mundo.
Cabe destacar que las personas universitarias son más vulnerables, dada la presencia de trastornos mentales, tales como la depresión, la ansiedad o del neurodesarrollo, que pueden estar involucrados con las exigencias de la vida académica.
Para la Secretaría de Salud prevenir el suicidio debe comenzarse con la eliminación de creencias érroneas y sesgadas sobre la salud mental, además de promover la búsqueda de apoyo en momentos emocionalmente vulnerables. Comenzando con la detección temprana de los factores de riesgo y el seguimiento a los casos de aquellos que ya se encuentran en estados más avanzados.
De igual manera, se debe evitar compartir información que promueva estas actitudes o que fomente creencias desfavorables contra las personas con actitudes suicidas, para que así puedan buscar ayuda de ser necesario sin tener miedo del qué dirán.
Sin embargo, la Secretaría de Salud también sugiere que las políticas nacionales de salud mental deben fomentar la tolerancia y la creación de estrategias para prevenir el bullying y, aunque en menor escala, como sociedad también podemos ayudar promoviendo buenas prácticas sociales.